jueves, 27 de enero de 2011

Las Vírgenes Suicidas - Versión POP

Mi maratón de comedias románticas se cerró con "Greta", una pequeña película indie protagonizada por Hilary Duff. ¿QUÉ? Sí, usted no leyó mal: Una pequeña película indie protaginizada por Hilary Duff. Y es que teniendo en cuenta la carrera filmográfica de la Duff y sus múltiples reinterpretaciones del personaje que la saltó a la fama (Una niñita bien torpe llamada Lizzie McGuire) insertada en distintos guiones donde lo único que cambia es el nombre del personaje, es difícil no ser prejuicioso.

"Greta" es una historia narrada en primera persona por... bueno, Greta, una adolescente aproblemada/problemática con tendencias suicidas, marcadas en la libretita que lleva atada a su muñeca (para darle el toque dramático) en donde lista sus "To Do" y sus "To Die", que analizan todas las posibles formas de quitarse la vida antes de ingresar a la universidad.

Si todo se ve desde allí, considerando el pequeño presupuesto de la película, y pasando por alto la presencia casi ominosa de Duff, la cosa se ve prometedora. Pero la promesa se queda en eso, en promesa. La falta de sólidez del guión hace que el toque aproblemado que se supone que ha de tener el personaje de Greta se vuelva superficial y sin fondo. O sea, le buscan los motivos, pero no se los encuentran, o no son suficientes. La fallida relación madre-hija que artormenta a Greta resulta ser cliché, y el prematuro suicidio del padre de Greta buscan formular este personaje que quiere acabar con su vida cuanto antes, per fallan miserablemente en el intento. Gran parte de la culpa se la dejo al guión, que pudo buscarse la forma de construir un personaje más opaco, un poco más oscuro, que realmente despreciara su existencia, pero todo se da vueltas en un sin fin de clichés narrativos, algunos dignos de las más cebolleras telenovelas (Mi mamá se pasa todo el tiempo con su marido y no me quiere. Mi mamá busca salvar su matrimonio, y es por eso que no me quiere cerca). Demás está decir que su romance con el ex-convicto juvenil se ve de lo más forzado.

A partir de lo último, finalmente pareciera que Duff hace lo que puede con un personaje a medio escribir. Porque al final, no es que ella haga parecer al personaje una quinceañera con rabieta de 15 minutos, sino que Greta parece ser simplemente una quinceañera con rabieta de 15 minutos. Es por eso que en gran parte de la película, Duff y se ve tiesa y plana, pero al momento de exacerbar las emociones, la Duff logra dar un poco más de vida al personaje de Greta, que ya pasados los primeros 10 minutos parece estar en coma.

De todas formas, a diferencia de "Going the distance" y "The Last Song" -una que se destaca por lo que no se destaca, y la otra por ser un cliché tras de otro, y claro, malas actuaciones-, Greta tiene sus momentos citables. Como cuando en el primer y único intento de suicido que muestra la película, Julie -el ex convicto- le da su espalda a Greta y le dice: "My roomate in juvie. One morning... I found him hanging by an electric chord. I didn't see it coming because he didn't mouth off about it. HE DIDN'T WANT TO BE SAVED. See, you knew I'd jump after you, because you don't wanna die. YOU JUST WANT THE DRAMA" (My compañero en la correccional juvenil. Una mañana... lo encontré colgando de un cable eléctrico. No lo vi venir porque el no se pavoneaba al respecto. Él no quería ser salvado. Ves, tú sabías que yo saltaría por ti, porque tú no quieres morir. Tú sólo quieres el drama)

Además de diálogos como esos, algunos momentos en la interpretación de Duff (los pocos), "Greta" se salva por su soundtrack -que no, no incluye a la Duff-, con canciocitas indies que dicen: "I wanna die" o "You died when I was 7", y por su post-producción, que incluye una de esas introducciones lindas, con dibujutos y todo, y transiciones de las mismas. Pero se queda allí. Aunque de todas formas, le hace pensar a uno que Hilary Duff puede interpretar algo más que a Lizzie McGuire con mamá que busca marido, o a Lizzie McGuire con madrastra malvada y celular en vez de zapatilla de cristal.

jueves, 20 de enero de 2011

Stats

LEYENDO: William Faulkner "As I Lay Dying"

"I can remember how when I was young I believed death to be a phenomenon of the body, now I know it to be merely a function of the mind - and that of the minds of the ones who suffer bereavement" (42)

Páginas: 60/250





SOUNDTRACK: Belle and Sebastian "The boy with the Arab Strap"

"A stroke at the age of 24. It could have been a brilliant career"




COMEDIAS ROMÁNTICAS VISTAS: 3/7 (A lot like love, Going the Distance, Empire Records)

WRITING: Zero

martes, 18 de enero de 2011

El final feliz no es siempre feliz


Después de mi fúgaz visita a la playa, mis únicos planes de vuelta en Santiago son: una semana a base de comedias románticas - de las buenas eso sí. Y es que con las comedias románticas me siento en casa, o mi cerebro se siente en casa. Y la lista de las elegidas es como sigue:

Lunes: A lot like love
Martes: How do you know
Miércoles: Empire Records
Jueves: The last song (una para reírse un rato)
Viernes: Going the distance
Sábado: New in Town
Domingo: Love and other disaster (mi clásico personal)

Hoy partimos con "A lot like love", una que narra los abruptos encuentros -o encontrones- de Oliver y Emily durante 6 años. Ellos que no son amigos ni novios, ellos que son una casualidad, o un accidente, o también, y la probabilidad que menos me gusta creer, un juego del destino.

"A lot like love" es una de esas películas que se convierte en esos pequeños clásicos del género, de esas que prometen no ser lo mismo de siempre; y logra encajar en esa línea en su estructura y su técnica, en lograr contar maravillosamente una historia de 6 años en 1 hora 45. Se hace de escenas lindas que caracterizan esta relación media parentética -some may call it parenthesis freak, i call it research-, esos momentos en que la vida logra apartar a sus protagonistas de su rutina y juntarlos una vez más para vivir una relación siempre a medias.
Sí, "A lot like love" logra reflejar ese aire medio idílico que puede llegar a tener esta relación siempre incompleta, por medio de escenas como la del restaurant chino, o la foto desnudos en plena noche desértica; momentos que sólo pueden ocurrir en una relación así, una relación que se queda en esos momentos y no llega más allá, porque de otro modo, puesto en palabras de la misma Emily: "You'll ruin it".
Y "A lot like love" promete eso, quedarse en esos momentos. Pero finalmente el paréntesis se arruina y la comedia romántica atípica se cierra con un final típico, y aún no sé si el argumento de que Oliver si tomó la iniciativa sirve para enmendar el destrozo de una historia que iba tan, pero tan bien (Allí es donde 500 days of Summer marca su sello, y cumple su promesa inicial: "This is not a love story"). Porque después de todo el título mismo lo dice: "A lot like love". Muy parecido al amor. Pero no amor precisamente. Amor a medias. Amor incompleto. Amor sin final feliz.
Y es que hay historias que no requieren de un final feliz. O de otra forma, hay historias que encuentran su final feliz en situaciones que a primera vista no parecen tan felices, pero si uno mira más de cerca y con más calma se da cuenta que el hecho de que la chica no se quedara con el chico era precisamente el final feliz, el happily ever after.

miércoles, 5 de enero de 2011

Jhumpa Lahiri: Escribiendo entre paréntesis

Casi todos los que han escrito sobre el proceso mismo de escribir han dicho que quien escribe ha de escribir sobre lo que sabe, y que todo está en saber maquillar o disfrazar bien esas experiencias de tal forma que dejen de ser las propias, al mismo tiempo de mantener esa conexión íntima que le permite a uno escribir; de otra forma, el proceso mismo se ve forzado. 

Así es como los cuentos de Jhumpa Lahiri, escritora Americana de orígenes Indios, giran en torno a la vida de descendientes Bengalí viviendo en Estados Unidos, los protaginistas de sus cuentos siendo la mayoría de las veces de segunda generación. Esos protagonistas que son como un paréntesis entre las raíces orientales que los marcan desde sus orígenes, y la cultura norteamericana que los moldea simultáneamente.

Unaccostumed Earth es su segunda compilación de cuentos, y la contenedora de piezas NO-TA-BLES. Cuando tenga un curso, mis alumnos no se van a salvar de leer el cuento que da título a la compilación. Ese cuento que narra la visita de un padre viudo a la casa de su hija. Una semana que interrumpe la rutina ya casi mecánica de ella. Ella que vive en una casa de ensueño, que tiene un esposo que es la definición de perfección, pero aún así, ella que está agotada.

Más que sus protagonistas sean paréntesis, las situaciones que Lahiri decide narrar funcionan de la misma forma. Esos mínimos momentos dentro del día día que pueden ser definitivos. Esas palabras que no se dicen, que están protegidas en ambos de sus extremos por las marcas parentéticas, pero que están ahí, perceptibles para uno, pero al mismo tiempo dejándose ignorar.

Y la belleza y sutiliza de su prosa son innegables, de esas que le hacen pensar a uno que la vida es injusta, que ya no hay más que escribir y si lo hay, probablemente ella ya lo está haciendo, y tanto mejor que uno. Así es como nos entrega líneas del tipo:

"She could not explain what had happened to her marriage after her mother's death. For the first time since they'd met, at a dinner party in Boston when she was a law student and he was getting his MBA, she felt a wall between them, simply because he had not experience what she had, because both his parents were still living in Lincoln, Massachussetts, where Adam had been raised"

("Ella no podía explicar lo que había ocurrido con su matrimonio tras la muerte de su madre. Por primera vez desde que se habían conocido en una cena en Boston, cuando ella era aún una estudiante de Leyes y él estaba haciendo su MBA, sentía una pared entre ellos, simplemente porque él no había vivido lo mismo que ella, porque sus dos padres seguían viviendo en Lincoln, Massachussetts, donde Adam había sido criado")

Así. Sin advertencia ni señal de precaución Lahiri deja escapar esas oraciones que son incómodas, pero al mismo tiempo poderosas, y que se dejan caer a partir del más mínimo detalle.

A Lahiri la conocí en mi primer semestre de universidad con un cuento que es una joya (A Temporary Matter, que es parte de su primera compilación de cuentos The Interpreter of Maladies). Y es que parece que así es como funciona Lahiri, en pequeñas dósis. Porque si bien escribe de lo que sabe, pasados los cuatro primeros cuentos, la formula se vuelve mecánica, y a veces, hasta predecible. Están los descendientes Bengalí, está la vida académica, y están esas situaciones excepcionales en la cotidianidad que uno a veces pasa por alto.

Su prosa y su técnica no son cuestionables. La última triada de cuentos se teje tal forma que aún es capaz de sorprender, con juegos de focalización y una estructura interesante. Pero aún así, Lahiri en grandes dósis puede ser agotadora. 

Unaccostumed Earth tiene varias joyitas más. Aparte del ya alabado cuento que le da título a su compilación, la tormentosa relación que envuelve a Sang en Nobody's Bussiness es también notable (Y no dejo de imaginarme a Audrey Tautou como Sang), o vale destacar también el viaje romántico fallido que construye A Choice of Accomodations (que también entrega otra de las líneas NOTABLES: 

"Wasn't it terrible that after all the work one put into finding a person to spend one's life with, after making a family with that person, 

 even in spite of missing that person as Amit missed Megan night after night, that solitude was what one relished most, the only thing that, even in fleeting, diminished doses, kept one sane?

(¿No era terrible que después de todo el esfuerzo que uno hace en encontrar a la persona con quien compartir la vida, después de construir una familia con esa persona, incluso a pesar de extrañar a esa persona como Amit extrañaba a Megan noche tras noche, esa soledad era lo que uno más atesoraba, la única cosa que, a pesar de venir en pequeñas y efímeras dosis, lo mantenía a uno sano?).


De que hay que leer a Jhumpa Lahiri, hay que hacerlo. Sólo hay que medir las dósis. Un cuento por semana, un cuento por mes. De otro modo, Lahiri puede volverse agotadora. Pero nadie puede negarle que su prosa es espectacular. Y en cuanto a mi personal quest, fue lo mejor para leer y mirar esos paréntesis de una forma más minuciosa. A ver como nos va con ese cuento.

sábado, 1 de enero de 2011

And here we go again

El 2011 partió con un buen presagio. Life in Paperback es el nombre que apareció en mi cabeza un par minutos antes de cerrar el 2010 y, por primera vez en muchas, el nombre estaba disponible. Así, sin mensajes desalentadores de que alguien más había pensado lo mismo que yo quizá cuanto antes, quitándome todos los puntos de originalidad que ya me había atribuido. Así nada más. Y es que los libros en paperback son TAN cómodos. Las ediciones con tapa dura podrán ser hermosas, pero pucha que son incómodas. En cambio, las ediciones de bolsillo, las paperbacks, tienen esa simpleza que todo libro leíble debería tener, la simpleza que la vida misma debería tener, o la que no hay más que encontrarle (it's all about channeling, dicen), como Pearl and the Puppets, mi nueva banda regalona.



Y aunque grite a los cuatro vientos cuanto odio el 31 de diciembre y sus temidas 23.59, cuan insufrible es escuchar "Un año más" cada fin de año, aunque insista que es un día como cualquier otro, igual me conformo a ser un cliché. Igual me corté el pelo el último día del año en ese medio melodramático acto -bien de niñita vale decir- de dejar caer todo lo malo del año que se va, igual me hago un nuevo blog prometiéndome esta vez -esta sí que sí- darle continuidad, igual soy cuateloso al pensar cual será el track #1 del soundtrack del 2011 - porque no señores, Tommy Rey no cuenta. Igual. Igual me propongo propósitos. Tengo hasta fines de Febrero para terminar un cuento. Uno no más. No pido más. Y así por fin desligarme de mi maldito hábito de dejar todo lo que escribo a medias.

Pero hasta ahora, las cosas se ven prometedoras. El año partió con una de mis nuevas joyitas: Ellie Goulding y "Believe Me", seguida por la chica de las botas pequeñas y la siempre efectiva "Remedy". Y con un book club de por medio, se dice que la inspiración literaria sobrará (y entre medio aprovecharé de dármelas del book reviewer que no soy), y Jhumpa Lahiri ya da buenos presagios.

Y aunque crea que es lo mismo una y otra vez, que las cosas no cambian, bienvenido sea el 2011.