martes, 18 de enero de 2011

El final feliz no es siempre feliz


Después de mi fúgaz visita a la playa, mis únicos planes de vuelta en Santiago son: una semana a base de comedias románticas - de las buenas eso sí. Y es que con las comedias románticas me siento en casa, o mi cerebro se siente en casa. Y la lista de las elegidas es como sigue:

Lunes: A lot like love
Martes: How do you know
Miércoles: Empire Records
Jueves: The last song (una para reírse un rato)
Viernes: Going the distance
Sábado: New in Town
Domingo: Love and other disaster (mi clásico personal)

Hoy partimos con "A lot like love", una que narra los abruptos encuentros -o encontrones- de Oliver y Emily durante 6 años. Ellos que no son amigos ni novios, ellos que son una casualidad, o un accidente, o también, y la probabilidad que menos me gusta creer, un juego del destino.

"A lot like love" es una de esas películas que se convierte en esos pequeños clásicos del género, de esas que prometen no ser lo mismo de siempre; y logra encajar en esa línea en su estructura y su técnica, en lograr contar maravillosamente una historia de 6 años en 1 hora 45. Se hace de escenas lindas que caracterizan esta relación media parentética -some may call it parenthesis freak, i call it research-, esos momentos en que la vida logra apartar a sus protagonistas de su rutina y juntarlos una vez más para vivir una relación siempre a medias.
Sí, "A lot like love" logra reflejar ese aire medio idílico que puede llegar a tener esta relación siempre incompleta, por medio de escenas como la del restaurant chino, o la foto desnudos en plena noche desértica; momentos que sólo pueden ocurrir en una relación así, una relación que se queda en esos momentos y no llega más allá, porque de otro modo, puesto en palabras de la misma Emily: "You'll ruin it".
Y "A lot like love" promete eso, quedarse en esos momentos. Pero finalmente el paréntesis se arruina y la comedia romántica atípica se cierra con un final típico, y aún no sé si el argumento de que Oliver si tomó la iniciativa sirve para enmendar el destrozo de una historia que iba tan, pero tan bien (Allí es donde 500 days of Summer marca su sello, y cumple su promesa inicial: "This is not a love story"). Porque después de todo el título mismo lo dice: "A lot like love". Muy parecido al amor. Pero no amor precisamente. Amor a medias. Amor incompleto. Amor sin final feliz.
Y es que hay historias que no requieren de un final feliz. O de otra forma, hay historias que encuentran su final feliz en situaciones que a primera vista no parecen tan felices, pero si uno mira más de cerca y con más calma se da cuenta que el hecho de que la chica no se quedara con el chico era precisamente el final feliz, el happily ever after.

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