miércoles, 9 de noviembre de 2011
Experimentos en Inglés
viernes, 2 de septiembre de 2011
El cuento que no me llevó a Zambra
“Lavarse las manos con agua y con jabón después de la aplicación.” El agua de la llave está corriendo. Teresa mira la lata y luego el lavamanos con los pelos minúsculos que se pierden en el desagüe. Julio se ha afeitado después de hacerle el amor. Es sábado y los niños no han llegado aún. Teresa pudo haber hecho todo el ruido que hubiese querido, pero ha sido un acto silencioso. No un silencio de discreción ni de complicidad, sino el silencio de, tras casi treinta años acostándose con la misma persona, finalmente no tener nada que decir.
Treinta años atrás, antes de casarse, Teresa y Julio eran distintos. Cada vez que podían estar solos, estaban el uno encima del otro. El sudor de Julio en ese entonces era el de un hombre de campo, sus poros filtraban una brutalidad media salvaje. Ahí si que Teresa hacía ruido. Pero habían cambiado. La ciudad los había cambiado.
El agua sigue corriendo. Julio le ha hecho el amor y se ha afeitado. Ha preferido frotar su barbilla espinosa y puntiaguda contra su piel demasiado sensible, demasiado blanca. Efectivamente, de a poco comienza a sentir la irritación en su cuello y sus mejillas, dibujando manchas rojas en su piel. Y luego vendrá la comezón. El deseo incontrolable de rascarse.
“Mantener fuera del alcance de los niños.” Teresa hace una mueca. Oscar y Patricio ya tienen más de veinte años y aún les sigue diciendo ‘los niños’, aunque fue hace mucho la última vez que realmente los sintió ‘sus niños’, el Oscarito y el Patito. Probablemente lleguen a la hora de almuerzo.
“Mantener el envase lejos de los alimentos.” Arroz con pollo, piensa Teresa. Oscarito y Patito volverían a la hora de almuerzo. El agua aún corriendo frente a ella. No tiene ganas de cocinar nada más. Quizá un poco en el arroz. Una gotita. De todas formas no les gustará. Sobre todo a Julio, que siempre le ha dicho que el arroz no le queda bien, que le falta cocción. No puede ser tan malo, tal vez un poco más amargo que de costumbre. Ni lo notarán.
“De acción instantánea.” La rapidez le vendría bien. Casi treinta años. Incluso, quizá debería ahorrarse el trámite de la comida y aplicarlo directamente. Sobre Julio, sobre Oscarito, sobre Patito. Sobre el silencio del sexo tenido hoy en la mañana, sobre el ruido frenético del sexo alguna vez tenido, treinta años atrás. Unas gotas sobre el presente, sobre el pasado, sobre el futuro. Sobre ella misma.
El agua sigue corriendo. Finalmente, Teresa toma la lata de insecticida, el Tanax, del botiquín del baño y lo rocía cuidadosamente sobre su pelo que ya se ve invadido por las canas de los cincuenta años. El olor del aerosol la aturde. Los pelos de Julio ya no están, se han esfumado por el desagüe. Teresa toma el jabón y procede a lavarse las manos con cautela y movimientos metódicos y repetitivos, y finalmente cierra la llave.
jueves, 18 de agosto de 2011
Ejercicio de Escritura #2: El Chaleco Rojo
viernes, 5 de agosto de 2011
Pasa hasta en las peores películas
jueves, 14 de julio de 2011
Poniéndose al día con las películas de ayer (y con el blog)
jueves, 10 de febrero de 2011
(Des)Inspiración
lunes, 7 de febrero de 2011
Los libros deberían tener soundtrack
viernes, 4 de febrero de 2011
Una semana sórdida
martes, 1 de febrero de 2011
SANT(iago) se lee como collage
jueves, 27 de enero de 2011
Las Vírgenes Suicidas - Versión POP
jueves, 20 de enero de 2011
Stats
martes, 18 de enero de 2011
El final feliz no es siempre feliz
Lunes: A lot like love
Martes: How do you know
Miércoles: Empire Records
Jueves: The last song (una para reírse un rato)
Viernes: Going the distance
Sábado: New in Town
Domingo: Love and other disaster (mi clásico personal)
Hoy partimos con "A lot like love", una que narra los abruptos encuentros -o encontrones- de Oliver y Emily durante 6 años. Ellos que no son amigos ni novios, ellos que son una casualidad, o un accidente, o también, y la probabilidad que menos me gusta creer, un juego del destino.
"A lot like love" es una de esas películas que se convierte en esos pequeños clásicos del género, de esas que prometen no ser lo mismo de siempre; y logra encajar en esa línea en su estructura y su técnica, en lograr contar maravillosamente una historia de 6 años en 1 hora 45. Se hace de escenas lindas que caracterizan esta relación media parentética -some may call it parenthesis freak, i call it research-, esos momentos en que la vida logra apartar a sus protagonistas de su rutina y juntarlos una vez más para vivir una relación siempre a medias.
miércoles, 5 de enero de 2011
Jhumpa Lahiri: Escribiendo entre paréntesis
Y la belleza y sutiliza de su prosa son innegables, de esas que le hacen pensar a uno que la vida es injusta, que ya no hay más que escribir y si lo hay, probablemente ella ya lo está haciendo, y tanto mejor que uno. Así es como nos entrega líneas del tipo:
("Ella no podía explicar lo que había ocurrido con su matrimonio tras la muerte de su madre. Por primera vez desde que se habían conocido en una cena en Boston, cuando ella era aún una estudiante de Leyes y él estaba haciendo su MBA, sentía una pared entre ellos, simplemente porque él no había vivido lo mismo que ella, porque sus dos padres seguían viviendo en Lincoln, Massachussetts, donde Adam había sido criado")
Unaccostumed Earth tiene varias joyitas más. Aparte del ya alabado cuento que le da título a su compilación, la tormentosa relación que envuelve a Sang en Nobody's Bussiness es también notable (Y no dejo de imaginarme a Audrey Tautou como Sang), o vale destacar también el viaje romántico fallido que construye A Choice of Accomodations (que también entrega otra de las líneas NOTABLES:
"Wasn't it terrible that after all the work one put into finding a person to spend one's life with, after making a family with that person,